Las expectativas del gobierno para el segundo semestre

Por el Dr. Domingo F. Cavallo

25-06-2024 – El gobierno espera que en el segundo semestre continúe el proceso de desinflación convergiendo hacia al final del año al 2% mensual, Con ese objetivo se mantendría el crawling peg activo al 2% mensual y se tratará de mantener congelada la emisión monetaria.

La tasa de interés regulada por el Banco Central que, para licuar y reducir sus pasivos remunerados, se mantuvo negativa en términos reales hasta el mes de mayo, se anuncia que a partir de junio será positiva en términos reales, es decir, levemente superior a la tasa de inflación.

El gobierno también espera que en el segundo semestre se generalizen los tenues brotes verdes que ya visualiza en varios sectores de la actividad económica real. Para alentar el proceso de crecimiento económico por el lado de la oferta, tiene el propósito de avanzar hacia la liberalización de los mercados y la eliminación de las distorsiones provocadas por las malas regulaciones y la improductividad de las empresas del Estado. Para implementar y vigilar ese proceso se designaría ministro encargado de la reforma económica a Federico Sturzenegger, autor intelectual de la legislación que se planea modificar con este objetivo.

El equipo económico no muestra apuro por remover las restricciones cambiarias tanto al comercio de bienes como al comercio de servicios y el movimiento de capitales porque teme que de hacerlo podría producirse un salto cambiario capaz de desestabilizar nuevamente la macroeconomía. Por consiguiente, la idea de avanzar hacia un nuevo sistema monetario con competencia entre el peso y el dólar y dolarización endógena que reiterativamente anuncia el presidente Milei se postergaría, al menos hasta el año 2025, para completar la transformación de los pasivos remunerados del Banco Central en deuda del Tesoro.

El staff del FMI, la mayoría de los economistas profesionales ortodoxos y los inversores en bonos y acciones argentinos, aun cuando valoran y ponderan el ajuste fiscal que generó fuertes superávits en el primer semestre, no parecen compartir esta proyección optimista del gobierno y esperan cambios importantes en las políticas cambiaria y monetaria.

La principal objeción a la simple continuidad de estas políticas radica en lo que se considera una apreciación real exagerada del Peso en el mercado oficial y en la escasa compra neta de reservas por parte del Banco Central que se espera a partir del mes de junio debido a la derivación del 20% de los ingresos de exportación al mercado CCL.

El cambio más simple que se sugiere de la lectura del informe del staff del FMI consiste en eliminar esa derivación hacia el mercado CCL de ese 20% y compensar su efecto sobre el tipo de cambio efectivo de exportación, por un ajuste del tipo de cambio oficial de alrededor del 10%. Significaría ubicarlo cercano a 1000 pesos por dólar. Si, al mismo tiempo se redujera el impuesto país del 17,5 al 7,5 se podría evitar el impacto inflacionario del aumento del costo de las importaciones. Se trataría de una devaluación perfectamente compensada que permitiría al Banco Central comprar las reservas que hasta este cambio se derivaban al mercado CCL.

La herramienta para evitar un aumento de la brecha entre el tipo de cambio CCL y el nuevo tipo de cambio oficial sería la tasa de interés de los depósitos bancarios y bonos del Tesoro en pesos que, como ya se ha anunciado, dejaría de ser negativa en términos reales. Además, podría ayudar que se liberara totalmente el movimiento de capitales a través de un mercado libre que reemplazaría al CCL y al denominado Dólar Bolsa y que se permitiera la intermediación financiera en dólares en las mismas condiciones que la intermediación financiera en pesos. También ayudará a cotar la brecha, el blanqueo de capitales (tax holiday) contemplado en la ley bases próxima a sancionarse.

Para avanzar hacia la unificación del tipo de cambio oficial y el tipo de cambio libre se debería manejar el ritmo del crawl con que se ajusta el tipo de cambio oficial y la tasa de interés de tal forma que la brecha tienda a cerrarse. A partir del encuentro de los dos tipos de cambios, el sistema monetario comenzaría a funcionar como competencia de monedas y flotación administrada del tipo de cambio, imitando al sistema monetario que ha funcionado muy bien en Perú.

Por el momento, el ministro de Economía desmiente que vayan a producirse estos cambios durante el año en curso a menos que se consiga un nuevo acuerdo con el FMI que signifique aporte de fondos frescos para reforzar las reservas. Pero es poco probable que encuentre un clima favorable a ese tipo de negociación con el FMI si antes no adopta medidas para el incremento de las reservas como las que acabamos de describir. Lo que sin lugar a duda no va a ocurrir es que en los próximos meses se eliminen en forma total todas las restricciones cambiarias y se decida la unificación y liberalización del mercado cambiario admitiendo una devaluación significativa del peso.