Hay que recuperar el tiempo del velorio y la oración para quien ha fallecido

26-10-2023 – En la segunda misa de la NOVENA POR LOS FIELES DIFUNTOS, el PADRE ANGEL ELIO AGUIRRE, reflexionó sobre la importancia de los velorios como parte del duelo, y como despedida del ser querido que ha sido llamado a la Casa del Señor, además, de que un sacerdote le dé el responso, que es la última oración de la liturgia de difuntos que se reza por la persona que ha muerto.

En ese sentido, el Padre Ángel indicó durante la homilía de este martes, que en estos tiempos actuales: “no queremos ni pensar y no queremos estar en el cementerio, no queremos estar en el velorio, cada vez son más breves los velorios, se hacen de15 minutos o media hora, no se llama al cura para el responso, no se les brinda una oración, como que no queremos que sea parte de la realidad, que de hecho existe”.

Planteó a los feligreses, que sabiendo que la muerte es un hecho, que en el momento menos esperado nos llegará a todos, sepamos pedir que, llegado el momento, familiares o seres queridos, nos den una sepultura cristiana: “hay que hacer saber que, quiero una sepultura cristiana, que recen por mi, que haya un sacerdote, que me dé el responso, o que por lo menos llamen a un cura, que de una última oración, y si no hay un sacerdote, que aunque sea pongan una cruz, como signo y recen”,

El Padre Ángel indicó que eso es esperanza porque Dios dijo: “Todo aquel que crea en mi, aunque muera vivirá”, porque se nos abre las puertas de la eternidad. La vida no se termina con la muerte, sino que se transforma. Y recordó que: “una vez un sacerdote, dejó confiado y por escrito, que quería que su misa de despedida fuese la misa pascual, esa que tiene alabanzas, seguro entendía que la muerte para los que creemos es la puerta que se abre a la eternidad. Entonces, la muerte es nuestra propia pascua, es el llamado a vivir la propia vida del Señor”; y cerró diciendo que, en definitiva que haya hecho ese pedido, significa que tenía esperanza: “la esperanza de que las promesas del Señor, son promesas para nosotros y se cumplen”.